Información práctica para la Salud del suelo.

De Triple Performance

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Este documento proporciona información práctica sobre el mantenimiento y la mejora de la salud del suelo, resaltando su importancia para obtener cultivos de alto rendimiento y productos de calidad. Un suelo saludable presenta mayor resiliencia frente a limitaciones como plagas y enfermedades, y esto se logra mediante una combinación de propiedades físicas, químicas y biológicas, fomentadas por prácticas de manejo adecuadas.

Uno de los aspectos esenciales para la salud del suelo es la biodiversidad edáfica, que depende del contenido de materia orgánica del suelo (MOS). Para mantener una biodiversidad rica, es fundamental aportar anualmente materia orgánica de calidad a través de diferentes fuentes como restos de cultivo, estiércol, abonos verdes, cubiertas vegetales, compost y vermicompost. La materia orgánica se descompone en fracciones activas y estables, siendo importante un equilibrio entre ambas para mantener la fertilidad química, biológica y física del suelo.

La calidad y estabilidad del humus, resultado de la humificación de la MOS, influyen en la estructura del suelo, capacidad de retención de agua y nutrientes, además de promover la actividad biológica. La relación C/N en los materiales aportados determina la rapidez de descomposición y la disponibilidad de nitrógeno para las plantas.

Las prácticas que fomentan la biodiversidad y la incorporación de materia orgánica también contribuyen a la resiliencia frente a enfermedades edáficas, ya que un suelo sano puede mostrar supresividad natural, regulando y reduciendo la presencia de patógenos a través de comunidades microbianas competitivas y antagonistas. La biomasa microbiana y el contenido de carbono lábil son factores clave en esta capacidad.

El manejo adecuado del suelo también ayuda a prevenir la compactación, favoreciendo la infiltración de agua y el crecimiento de las raíces. Para problemas de enfermedades en el suelo, se pueden aplicar técnicas como la desinfección anaeróbica y la biosolarización, complementadas con prácticas que aumentan la biodiversidad edáfica y fortalecen la salud del suelo.

Finalmente, el control del equilibrio entre hongos y bacterias en el suelo es un indicador del estado de salud, influenciado por el tipo de materia orgánica aportada. La integración de estas prácticas y conocimientos contribuye a mantener un suelo resiliente, productivo y saludable, fundamental para la sostenibilidad de la agricultura.


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Número de páginas: 5
Países objetivo: Países Bajos

Puntos clave

La salud del suelo es fundamental para obtener cultivos de alta calidad y rendimiento elevado
Un suelo sano presenta mayor resiliencia a plagas, enfermedades y limitaciones, lo cual favorece la producción agrícola y la calidad de los productos.
La biodiversidad edáfica, alimentada por materia orgánica (MOS), es clave para la salud del suelo
Una elevada biodiversidad en el suelo proporciona nutrientes, mejora la estructura, retención de agua y contribuye a la resistencia frente a enfermedades, siendo esencial mantener un aporte adecuado de materia orgánica.
El balance en la relación carbono/nitrógeno (C/N) de la materia orgánica influye en la dinámica microbiana y en la salud del suelo
Relaciones C/N bajas favorecen el crecimiento bacteriano y la mineralización de nitrógeno, mientras que relaciones altas promueven hongos y una descomposición más lenta, afectando procesos de fertilización y control de enfermedades.
Prácticas como rotación de cultivos, incorporación de materia orgánica y manejo de biodiversidad fortalecen la salud del suelo
Estas prácticas aumentan la competencia frente a patógenos y mejoran la estructura del suelo, previniendo problemas como la compactación y enfermedades edáficas.
La resistencia del suelo a enfermedades y compactación puede ser incrementada mediante prácticas preventivas
Mantener suelo saludable reduce el riesgo de compactación y enfermedades, además de mejorar la infiltración de agua y la estructura física del suelo, lo cual es vital para un manejo sostenible.
La dispersión en la actividad de hongos y bacterias, influida por la gestión de materia orgánica y C/N, afecta la salud del suelo
Un mayor contenido de materia orgánica estable, como el humus, favorece la biodiversidad fúngica, mientras que fuentes de fácil descomposición potencian la actividad bacteriana, impactando en la fertilidad y resistencia del suelo.

Fuentes